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En el desierto más árido del mundo, el equipo REVERGY sigue creciendo

Como ISP global (Suministrador Independiente de Servicios por sus siglas en inglés) queremos seguir afianzándonos junto a nuestros Clientes aportando el mayor activo que poseemos, nuestros equipos técnicos y su fuerte implicación con el Cliente, aportando el conocimiento local y la experiencia de los muchos años en el rubro energético. Afortunadamente para REVERGY, seguimos creciendo de manera constante y segura afianzándonos como alternativa en el mercado del O&M (Operación y Mantenimiento) en Chile.

Durante estos días, hemos estado en terreno compartiendo el día a día con algunos de los equipos destinados a los proyectos eólicos en la Región de Antofagasta.

En terreno se pudo constatar la jornada de trabajo diario. Partiendo por una reunión junto al supervisor del Cliente y el Tecnólogo, donde se exponen las necesidades puntuales de la jornada, los supervisores de REVERGY organizan los respectivos equipos de correctivos y preventivos, quienes quedan al corriente de los trabajos necesarios para cumplir con las necesidades del corto y medio plazo del Proyecto. Antes de partir, una última mirada de los respectivos EPP (equipos de protección personal). Una vez los equipos se encuentran en las máquinas asignadas, la comunicación es constante y fluida vía radio con el centro de control, desde donde se van actualizando los avances en los trabajos encomendados del día así como las potenciales contingencias operacionales aparecidas. Por otro lado, en la oficina de uno de los parques, el teléfono a duras penas agarra para coordinar la logística de las operaciones. En estos días se espera un nuevo cargamento con herramientas adicionales para el último equipo a incorporarse en breve.

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Si bien el frío del invierno austral en esta zona norte de Chile hoy no es muy invernal, durante esta época del año el trabajo se desarrolla casi siempre en condiciones climáticas complejas dentro de un entorno árido y ventoso donde las oscilaciones térmicas día-noche son casi antagónicas. Bajo estas condiciones, han de operar tanto las máquinas como los equipos humanos a ellas designados. Afortunadamente el calor del generador ayuda a mitigar en parte la rudeza del invierno a 85 metros de altura en un entorno que supera los 2.600 metros de altitud sobre el nivel del mar.

La jornada termina con un reporte escrito y verbal al supervisor y al Cliente, donde se exponen los avances y soluciones aportados.